Las villas marineras son poblaciones del litoral que conservan viva la cultura y la actividad vinculada al mar y han sabido encontrar propuestas atractivas para transmitir su carácter marinero a los visitantes.
En el caso de Tossa, esta identidad marinera se hace patente a través de elementos arquitectónicos como: el Faro y su museo, el recinto amurallado de la Vila Vella y la Torre de los Moros, construidos para defender a la población de los ataques de los piratas, las antiguas pescaderías donde se realizaban la subasta y la venta del pescado, la capilla de la Virgen del Socorro, construida como exvoto de un marinero, o Can Ganga, una antigua masía fortificada que actualmente es la sede del Museo de la Mujer y dispone de una sección donde se explican muchas de las faenas que eran realizadas por mujeres y estaban relacionadas con el mar.
Esta identidad también se hace evidente a través del patrimonio inmaterial, como en el caso de la fiesta mayor de San Pedro, que es patrón de los pescadores, o de algunas leyendas fuertemente vinculadas a la tradición marinera tossense.
Puesto que la pesca fue durante siglos una de las principales actividades económicas de la población, el pescado y el marisco de proximidad tienen un papel muy relevante en la gastronomía local. Algunas particularidades de la cocina de Tossa son las picadas o majados con chocolate que se añaden a algunas recetas, o los platos de barca, como el “cim i tomba”, uno de los platos locales más conocidos de nuestra cocina tradicional.
Pero sin lugar a dudas, el denominador común de todos los barrios y villas marineras de Cataluña es un bellísimo paisaje del que disfrutar durante todo el año. En el caso de Tossa recomendamos seguir el sendero del camino de ronda o contemplar la costa desde el agua disfrutando de alguna de las propuestas que se ofrecen en la población.
Tossa de Mar pertenece a la marca Barrios y Villas Marineras de la Agencia Catalana del Turismo desde marzo del 2019.


