Según cuenta la tradición, en el siglo XV la peste se abatió sobre la población y los tossenses pidieron la intercesión de San Sebastián, prometiendo que irían todos los años de forma perpetua en peregrinación hasta su capilla más próxima.
La epidemia desapareció y los ciudadanos cumplieron su voto. Años más tarde pidieron y recibieron la autorización eclesiástica para enviar a un solo hombre en representación de todo el pueblo hasta la capilla dedicada a San Sebastián de Santa Coloma de Farners, situada a 40 km. de Tossa. Así nació el “Pelegrí”, y así ha continuado hasta nuestros días.
Desde entonces, cada 20 de enero, el “Pare Pelegrí”, en representación del pueblo, y todos aquellos que quieran acompañarle, caminan hasta la capilla de San Sebastián de Sta. Coloma y vuelven a Tossa al día siguiente. Al llegar a Tossa, y después de rezar un rosario en la capilla del Socorro, se celebra una emotiva procesión que discurre por las calles del casco antiguo de la población, pasa por delante de un tramo de las murallas iluminadas con teas de fuego, y acaba su recorrido en la iglesia parroquial de San Vicente.
Para los tossenses, ésta es una tradición muy respetada, un acto de recogimiento y de devoción religiosa. Las personas que se suman a la peregrinación lo hacen empujados por alguna promesa personal, y muchos caminan descalzos durante el itinerario, que se hace rezando el rosario a lo largo de todo el trayecto. Quienes acompañan al “Pelegrí” pueden ser creyentes o no, pero se les pide que sean respetuosos con la tradición y con el resto de peregrinos, y que no la confundan con una marcha popular, deportiva o festiva, actividades que estarían muy alejadas del auténtico espíritu de esta peregrinación.
El “toquen a córrer, ses nou sardanes”
El “toquen a córrer, ses nou sardanes” es un baile típico local, precedente de la sardana tal y como se conoce ahora, que conmemora una leyenda local según la cual la Virgen del Socorro corrió tras el demonio, cuando éste se llevaba al infierno a un niño del pueblo llamado Xixanet.
Se trata de un baile en el que se alternan nueve sardanas cortas (“ses nou sardanes”) con el “toquen a córrer”, una especie de galope en el que, tradicionalmente, dos mujeres sacan a bailar a un hombre y, enlazándose en grupos de tres, corren saltando al ritmo de la música, a lo largo de la calle dels Socors, hasta que la orquesta deja de tocar e inicia una nueva sardana. Esta secuencia, que se repite hasta nueve veces, finaliza con un vals.
El “toquen a córrer, ses nou sardanes” se celebra cada 2 de julio.