La cocina de Tossa se ha visto claramente marcada por las características del territorio donde se encuentra, entre el mar y la montaña, si bien el paso del tiempo, la influencia de culturas diversas y las condiciones de vida de su gente la han mantenido en constante evolución, dando forma a una gastronomía propia de Tossa, similar a la cocina de los pueblos vecinos, pero también con marcadas diferencias, algunas de ellas sorprendentes.
El recetario tossense se ha transmitido en los hogares de madres a hijas, pero en el ámbito de los oficios, este saber también se ha transmitido de patrones de pesca a jóvenes marineros y de capataces a jóvenes carboneros.
La mezcla de productos del mar y de la tierra y la manera de elaborarlos por parte de cada uno de estos colectivos han hecho que la cocina de Tossa haya llegado a ser una cocina basada en el pescado, pero con una importante presencia de verduras, frutas, legumbres y carnes, a menudo cocinados en cazuela, y con el toque final de los picadillos, que les confiere su sabor más característico.
Algunas particularidades locales son los picadillos con chocolate que llevan los calamares rellenos con albóndigas al estilo de Tossa, o el “cim i tomba”, un plato muy sencillo que los pescadores preparaban en sus barcas cuando tenían que pasar muchas horas en el mar, pero que ahora se ha convertido en uno de los platos más populares de la gastronomía tossense.
